Lee el texto que figura a continuación y contesta a las siguientes preguntas:
1. ¿ Qué entendemos por paraiso fiscal? ¿ Son ilegales?
2. ¿ Sería bueno o malo que desaparecieran? ¿ Por qué?
3. Según la OCDE, ¿ qué características tienen los paraisos fiscales?Martes, 6 de marzo de 2007
TUTELADOS POR OCCIDENTE
Paraísos fiscales, escondrijos de una cuarta parte de la riqueza mundial
JAVIER GONZÁLEZ
Son decenas y están bajo el amparo de las viejas potencias
coloniales. Países exentos de impuestos, los paraísos fiscales
son el sitio preferido por aquellos que poseen dinero negro a
espuertas, desde algunos constructores a narcotraficantes, entre
otros, que quieren vivir en su propio país sin pagar un euro al
Estado. Escondrijos de una cuarta parte de la riqueza privada
mundial, según datos del Fondo Monetario Internacional
(FMI), que, de pagar impuestos, cubrirían de sobra los Objetivos del Milenio, según las estimaciones de
la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Los tiempos cambian. Las cuevas de los paraísos fiscales,
antiguos paraísos piratas, ya no esconden los tesoros de
corsarios como Walter Raleigh o Francis Drake. El oro ha
cambiado por divisas y está mejor protegido de la humedad en las
cámaras acorazadas de los bancos. Sus propietarios ya no rapiñan
su tesoro de ningún puerto, ahora tienen más 'clase': el tráfico
de cocaína, el negocio del ladrillo, el dinero negro de las
comisiones deportivas o la financiación de grupos terroristas,
entre otros. Sin embargo, no todo es ilegal, usted también puede
guardar allí sus ahorros sin cometer ningún delito.
Los paraísos fiscales son conocidos en inglés como 'offshore'
porque funcionan como caja de caudales de divisas extranjeras.
La cultura popular les atribuye la condición de ilegales, una
simplificación que no es cierta en muchos casos. Recurrir a
estos países no tiene por qué implicar el cometer un delito,
aunque actúen en el filo de la legislación internacional. A
pesar de la falta de transparencia de todos ellos, realizar
algunas operaciones financieras es legal siempre que lo conozca
el fisco del país 'esquivado'. Este matiz marca la diferencia
entre la 'elusión fiscal' y el delito por evasión.
No obstante, si los paraísos fiscales beneficiasen a todo el
mundo, nadie pagaría impuestos, lo que no parece ser una
práctica muy extendida. En los laberintos financieros de los
'offshore' sólo hay grandes patrimonios. La política de estos
países beneficia sólo a los ricos mientras ahuyenta a las
pequeñas empresas y no favorece la entrada de inmigrantes, lo
que explica por qué sus poblaciones suelen ser pequeñas a pesar
de acumular tanta riqueza. Casi todos los ciudadanos que
depositan allí su dinero no han pisado nunca el país.
En los criterios de la Organización para la Cooperación y
Desarrollo Económico (OCDE) para identificar a un paraíso fiscal
priman la cooperación y la transparencia sobre la propia
política financiera. Importa más conocer el origen lícito o no
del capital que aplicarle cualquier exención fiscal. No
obstante, según la OCDE, estos 'paraísos' tienen en común que
los impuestos son simbólicos; el secreto fiscal está muy
blindado y las empresas domiciliadas allí no tienen presencia
física. Así, la organización identifica 33 jurisdicciones que
"hacen esfuerzos de intercambio de información" mientras acusa a
cinco de ser totalmente opacas (Andorra, Liberia, Liechtenstein,
Islas Marshall y Mónaco). La ONU, por su parte, llegó a contar
74 centros financieros de este tipo en 2004.
España, con unos criterios propios, maneja a día de hoy una
lista de 43 'paraísos fiscales'. Fueron más los identificados en
el Real Decreto 1080/91, aunque desde entonces varios de ellos
fueron excluidos gracias a la firma de acuerdos bilaterales.
Lo más "desalentador", según el Centro de Análisis y Prospectiva
de la Guardia Civil, es el amparo de los gobiernos occidentales
a estos países. La mayor parte del Caribe son colonias de
ultramar de la Commonwealth británica y otros países, como
Panamá o Singapur, a pesar de su independencia, están ligados de
forma íntima a la historia de potencias como EEUU o China.
Cómo blanquear el dineroInternet es el instrumento más
utilizado para lavar dinero, según el Grupo de Acción Financiera
(GAFI). Este organismo intergubernamental, creado por el G-7, se
encarga de promover medidas para combatir el fraude fiscal a
través de 'offshores'. La gran ventaja de la red para el
estafador es la dificultad de asociar una gestión 'online' con
una actividad real de la empresa pantalla creada.
"Es muy difícil aplicar el sistema tributario a un negocio
totalmente virtual", afirma Héctor Iparraguire, especialista en
Derecho y Nuevas Tecnologías. "No hay un cara a cara con los
empleados del banco y apenas se exigen datos de identificación",
añade. En su opinión, la red podría facilitar la persecución de
los estafadores si hubiese mayor control en la certificación.
Para enviar dinero a un paraíso fiscal, de forma legal o ilegal,
el primer paso es contratar un abogado de aquel país. Si sólo es
una elusión fiscal, es probable que el letrado pida referencias
bancarias y documentos de identidad para evitar problemas. En
cualquier caso, el jurista crea una sociedad en el país, de la
que será cabeza visible ante las autoridades, para gestionar el
capital enviado.
En caso de ser un delincuente, esta empresa actuará normalmente
como una 'sociedad pantalla', un falso espejo para despistar a
los investigadores policiales. Lo más probable es que esta
'compañía' reciba numerosos depósitos de dinero en pequeñas
cantidades para evitar declarar ante el fisco. Además, la
policía tendrá difícil seguir estos movimientos porque gracias a
Internet el capital puede llegar desde cualquier punto del
globo: los bancos sólo controlan sus propios movimientos, y
aquel que evade capitales, si es listo, suele controlar multitud
de empresas falsas dirigidas por 'hombres de paja', aquellos que
dan la cara por el verdadero propietario de la compañía.
En los últimos tiempos han
pasado a primer plano personajes que han tenido problemas con el
fisco, aunque la lista se podría extender al infinito.
El fallecido dictador chileno Augusto Pinochet tuvo entre sus
múltiples problemas con la Justicia chilena el 'caso Riggs'.
Tras ser investigado por el Senado estadounidense, se descubrió
que poseía 125 cuentas bancarias fuera de Chile donde guardaba
27 millones de dólares. El banco de Washington ayudó a Pinochet
a crear sociedades fantasma en diversos 'offshores' mediante
nombres falsos para no llamar la atención.
Los propios banqueros han tenido sus problemas con el fisco. Si
el primer banco alemán, Deutsche Bank, y 10.000 clientes fueron
condenados en 2003 por el Tribunal de Francfort a pagar por más
de 200 millones de euros por impago de impuestos, en España los
últimos casos en llegar a la Justicia han sido los de los
clientes de BNP y Espírito Santo; y el de las 'cuentas secretas'
del BBV, en el que su ex presidente, Emilio Ybarra, reconoció la
creación de sociedades en Liechtenstein y la Isla de Jersey para
operaciones de ingeniería financiera.
En el universo de la política, la actualidad apunta a Marbella y
a la especulación urbanística, mientras en Italia el debate se
centra en el juicio al jefe de la oposición, Silvio Berlusconi,
por el caso de 'Mediaset' . El blanqueo de dinero en la ciudad
de la Costa del Sol fue descubierto en la 'operación Ballena
Blanca', investigación de la que derivó la caída de toda la
cúpula de poder marbellí al ser encarcelados en la 'operación
Malaya' por presuntos delitos de corrupción.
Por otro lado, el terrorismo es la mayor lacra de los paraísos
fiscales. ETA ha utilizado a estos países para blanquear el
dinero obtenido de la extorsión y el entramado social. Junto a
la banda, son muchas las organizaciones que participan de estas
redes financieras, desde el integrismo islámico de Al Qaeda al
narcotráfico de las FARC y los cárteles suramericanos.
No obstante, la economista italiana Loretta Napoleoni recoge en
una reflexión lo que todas las fuerzas de seguridad llevan
denunciando desde hace mucho tiempo: "El fin de los paraísos
fiscales sería el primer paso contra el terrorismo".
(http://www.elmundo.es/)
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